FAENA LLANERA

Al amanecer el llanero inicia faena

Mujeres y hombres emprendedores, trabajadores y sacrificados, que no le temen a nada y que viven por y para el llano

Las inmensas sabanas llaneras poseen una cantidad de ecosistemas donde se pueden apreciar diversidad de paisajes y ejemplares animales. La experiencia de estar allí y vivir el día a día es tan gratificante que hacen del llano un lugar único en el mundo.

Todas las extensiones de tierra que abarcan los llanos venezolanos son ocupadas por gente emprendedora, trabajadora, sacrificada, gente que no le teme a nada y que vive por y para el llano.

“El llanero es del tamaño del compromiso que se le presente”, ese es un dicho que por años ha reflejado el sentir del hombre y la mujer de una región que inicialmente fue ocupada por españoles de origen andaluz, quienes trajeron a ella sus creencias, costumbres, faenas; todos estos elementos se suman en un sentir donde brota el amor por la tierra cada día.

Lo cotidiano

Todavía está oscuro, el canto del gallo se escucha en la sabana, se levanta el llanero, se coloca sus botas para empezar la faena diaria, pero… ¡alto, ñero! No emprende el camino sin antes tomar su respectivo cafecito bien caliente, acompañado con unas arepitas recién sacadas del fogón, rellenas con el infaltable queso, suero o perico.

Ahora sí, con el estómago lleno sale al potrero para ordeñar las vacas, desteta al becerro, manea a la res y con un tobo debajo de la ubre comienza a sacar uno de sus mejores sustentos, la leche.

Durante la primea faena el ordeñador le canta a la vaca para aumentar la producción, así le da vida a una de las más antiguas pasiones de llanero, los cantos de ordeño. Suele escucharse en el potrero: “Mariposa, mariposa, ¡vida mía!”.

Entre los ganaderos se cuenta que todo inicia con una vaca llamada La Fundadora, ejemplar con el que entran en la actividad del campo y por la cual su dueño siente un gran amor; este animal se convierte en una especie de amuleto que atesoran; por lo general se muere de vieja, mas no por ser sacrificada o vendida.

Otra de las faenas que se realiza en el llano es el pastoreo del ganado, en estas tierras la ganadería es el eje fundamental de la economía, por eso se toman las previsiones necesarias para el cuidado de estos animales, para arrear las reses el llanero monta la bestia (caballo) y emprende el recorrido por la sabana, velando que coman y que regresen salvas una a una.

Una vez metidas las botas en aquello de la ganadería hay que marcar lo que se tiene, por eso otro de los trabajos que desempeñan los hombres y mujeres de campo es el herrado; consiste en marcar con un hierro caliente la res, identificándola así con el símbolo de su respectivo dueño.

Este es un proceso rápido, pero doloroso para el animal; muchas veces le contrarrestan el dolor al animalito colocándole en la marca su misma bosta o aceite de carro; el proceso de marcación también sirve para que los llaneros aprovechen que el ganado está reunido para aplicarles las vacunas. Los mautes, el ganado de cría, las novillas (vacas jóvenes) y los toros son divididos en los potreros para facilitar el trabajo del hombre llanero.

Binomio hombre y caballo

La relación entre hombre y caballo está marcada por el carácter y la fuerza, el hombre domina al caballo para que le obedezca, lo monta una y otra vez durante días hasta que finalmente lo doma, las refriegas entre este par están llenas de patadas de la bestia, latigazos y órdenes a las que finalmente el animal semidomesticado cede.

El hombre del llano se llena de supersticiones

Entre las creencias antiquísimas del llano se encuentra el entierro. Cuentan los llaneros que al pie de los tranqueros (columnas de madera) del corral se acostumbraba a cavar una tumba para luego enterrar vivo a un toro o un caballo viejo.

Los primeros llaneros creían que a la larga el espíritu de ese viejo animal se convertiría en un duende protector, no sólo de los propietarios, sino también de los rebaños. A ese duende se le llamaba familiar y además tomaba el nombre del hato donde fue enterrado. Cuenta la conseja llanera “¡Anoche salió el familiar de Cañafístula!”, refiriéndose al supuesto espíritu protector de una propiedad llamada con ese nombre.

La costumbre guarda relación con muchas otras prácticas usadas para rendir tributo a la tierra. Hubo hatos donde se enterraba uno o varios familiares (animales), este entierro estaba constituido por una fosa de mayores dimensiones y donde se enterraban casares o parejas de animales.

Pero en el llano no todo es trabajo, también hay tiempo para la diversión. Los fines de semana la gente se va a las peleas de gallos y aprovecha las noches de luna clara para salir a visitar a los vecinos, echar cuentos y lucirse con chistes.

Los viejitos cuentan sus historias y leyendas, se oyen muchos cuentos de camino que paran los pelos, pero también se transmiten enseñanzas que nunca se olvidan. Así es nuestro llano inmenso con el cielo y así son los hombres y mujeres de esta tierra productiva: trabajadores, guerreros y parranderos
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HERRAJE DEL BECERRO U OREJANO
El becerro o la vaca o toro es tumbado y guayuqueado mientras el péon marca con el hierro al rojo vivo..